Desde un  punto de vista gestáltico, la sumisión tiene que ver con desconectar de la sensación de poder personal y de fuerza interna. Uno deja de sentirse capaz, competente, adecuado, arraigado, grande, proactivo… para sentirse pequeño, incapaz, víctima, pasivo y así un largo etcétera. Con la sumisión uno cede su lugar de poder y fuerza a otra persona que es percibida como superior y con más autoridad. Pero no nos engañemos, esto que aparentemente parece muy malo y desagradable tiene muchas ventajas, ¿te animas a verlas?

La sumisión te protege.

Siendo sumis@ no tienes que enfrentarte directamente al otro. Te ahorras un sinfín de conflictos y ‘malos rollos’. Tú simplemente tienes que callar y obedecer, o mejor dicho, que parezca que obedeces. Así estás más tranquil@, con menos sobresaltos en tu vida, o por lo menos eso es lo que piensas. Porque aunque por fuera estás como una balsa de aceite, por dentro estás como un torbellino acelerado, al no expresarte vas acumulando asuntos y asuntos: límites que no pusiste, afrentas y abusos que permitiste, planes a los que cediste… Y lo curioso es que la sumisión te deja realmente en un estado de mucha vulnerabilidad, ya que el otro se puede sentir con derecho a abusar de ti, cuestionarte en todo, reírse de ti, no tenerte en cuenta, etc.

La sumisión te permite ser el bueno y culpar a otros.

Porque siendo sumiso el otro siempre es el malo y tú el bueno. Además no es solo que tú lo sientas así sino que los demás también lo perciben así. Seamos sinceros, el que hace todo lo que le dicen, el que no pone pegas, es voluntarioso, obediente y víctima de los demás,… tiene bastante buena fama. En cambio, el que pone límites, el que se niega a hacer lo que no considera correcto, el que hace lo que quiere aunque no sea del agrado de los demás,… puede ser calificado como mínimo de egoísta. Así que siendo sumiso seguro que tendrás muy buena prensa y encima el malo es ese que te da órdenes, critica, ese que sí que es grande y poderoso.

La sumisión te hace un rebelde.

En el fondo el sumiso se siente mejor que el otro, piensa que si él estuviera en el lugar de esas personas a las que da autoridad y poder, lo haría indiscutiblemente mejor. De hecho, la mayoría de las personas sumisas acaban criticando por detrás a sus supuestos verdugos. Y a veces no tan detrás, porque la persona más sumisa es aquella que se rebela. La rebelión implica ir en contra de, y por lo tanto cuando eres rebelde sigues sin estar en tu centro sino que está fuera de ti, dependiente de fuera. Esto es muy visible en los adolescentes, basta con que les digan una cosa para hacer la contraria; es decir, siguen dependientes y sumisos.

La sumisión es cómoda.sleep-1027884

Sí, sí la sumisión es muy cómoda, en ella se está muy agustito. Es como estar en la cama en invierno ahí calentito y no querer salir. Siendo sumis@ no tienes que tomar decisiones por ti mism@, basta con que sigas las indicaciones puestas desde fuera. Es el otro él que se tiene que romper la cabeza tomando decisiones y asumiendo el peso de la responsabilidad de éstas. Desde la sumisión solo obedeces, tienes el camino hecho, no tienes que pensar y dejarte sentir que quieres hacer con tu vida, que quieres cambiar o no. El pequeño inconveniente que tiene es que renuncias a tu libertad, a hacer lo que deseas y sientes, a
confiar en ti y en tus proyectos vitales. Es tu jefe, pareja, amigo, profesor el que tiene las riendas y tú un simple espectador quejicoso pero acomodado.

La sumisión te permite seguir siendo niñ@.

La sumisión da un toque infantil o adolescente que engancha. Que agradable es tirarse horas pasando el tiempo viendo la TV, mirando el facebook, quedando con amigos, jugando a un videojuego… Te permite quedarte ahí en esa etapa de tu vida en la que todo era muy fácil, en la que no tenías responsabilidades, en la que no te tenías que ocupar de nada, porque ya tenías a tus padres para ello.

¿De verdad te interesa madurar y tomar tu poder?

Tbald-eagle-521492_1920otal no es tan grave dejar que otros te manden y marquen el rumbo. No pasa nada si renuncias a tus sueños, a tus ideales, a tus preferencias; si te traicionas a ti mismo, a lo que sientes, a lo que necesitas; y lo apartas para atender a lo de fuera, a lo marcado,  lo correcto…¿Para qué tomar el riesgo de vivir plenamente, de equivocarse, de estar haciendo lo que realmente quieres? ¿Y si te rechazan los demás? ¿Y si lo pierdes todo? ¿Y si no puedes?, pero ¿Y si SÍ puedes? Te imaginas…

Yolanda Melero Puche.

Psicóloga y Psicoterapeuta. NºCol. CV08664

*Si deseas una definición más completa de la sumisión la puedes encontrar en ABC:http://www.definicionabc.com/social/sumision.php

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2 Comments

  1. […] tus sueños realidad tiene que ver con encargarte de lo que quieres, con soltar la pasividad y sumisión, y ponerte en disposición activa para que la vida te dé aquello que sientes que has venido a […]

  2. Diana Alonso 3 enero 2017 at 16:18 - Reply

    Y lo peor es cuando uno mismo se engaña diciendo que «no le dejan» ; que difícil romper las cadenas del miedo.

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