Esto siempre depende de las necesidades del paciente y del ritmo de su propio proceso personal. Es decir, hay personas que solo buscan una pequeña ayuda puntual en un tema muy concreto, por lo que es posible que en dos o tres meses pueda estar más o menos solucionado. Y otras en cambio, buscan sanar asuntos y dinámicas instauradas desde hace mucho tiempo, para esto se requiere un proceso más lento y más cuidadoso. Porque algo que lleva instaurado muchos años no se puede afrontar en unas pocas sesiones.