La función del terapeuta es acompañar al paciente en su camino de crecimiento. Es decir, es un acompañante en su proceso, no es alguien que lo coge de la mano y lo lleva dónde él considera que tiene que ir. Por lo tanto, el terapeuta ha de ser alguien muy trabajado internamente, que haya realizado un proceso profundo de psicoterapia (algunos autores cifran un mínimo de 10 años), porque nadie puede acompañar a otro más lejos de dónde ha llegado. Es decir, ¿cómo puedo ayudarte yo y acompañarte a enfrentarte con tus miedos si yo no me he enfrentado a los míos? ¿Cómo puedo crear un entorno de confianza y empatía, si yo no he aprendido que quererme a mi mism@?
Un terapeuta poco trabajado interiormente es un peligro en la terapia ya que estará proyectando en el paciente sus miedos, inseguridades, cabreos de su vida sin conciencia de ello, porque NO SE CONOCE, y no es consciente de que lo está haciendo.
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