Sí, ¡lo has entendido bien!, todos tenemos unas ‘gafas’, un filtro con el cual percibimos e interpretamos lo que ocurre a nuestro alrededor. Por ejemplo, los hay que prácticamente pase lo que pase se sienten víctimas de las circunstancias; otros ven errores y fallos por doquier; otros consideran todo es esfuerzo y sacrificio, y así un largísimo etcétera. Según mi experiencia, y mis propias gafas, resulta muy útil tomar conciencia de qué manera filtramos la realidad, de qué cuentos nos contamos. Esta observación y conciencia son los pilares del crecimiento y el desarrollo personal, que hace que evolucionemos y podamos salir de nuestra zona de confort, de esa zona de sufrimiento que nos acompaña desde hace mucho.
Cómo miras marca como vives la vida
Si para ti la vida es un lugar inseguro y todos te van a hacer daño, lo más probable es que cualquier cosa que pase la interpretes como un agresión. Es decir, si alguien se acerca a saludarte, lo más seguro es que pensarás ¡Mira este ya viene a hacer la puñeta! Y no sólo eso, tenderás a recordar preferentemente hechos del pasado que confirman esto y a olvidar y borrar otros hechos que lo contradigan. Entonces según este ejemplo, estarás siempre en alerta, con miedo a que cualquier daño pueda ocurrir, y cuando ocurra, dirás ‘¡ves, ya lo sabía!.Y cómo el mundo es peligroso, pues de manera inconsciente tú actitud ante la vida tendrá que ver con defenderte, ya sea atacando o retirándote. Por lo tanto, tu manera de ver el mundo marcará cómo estás en la vida, qué decisiones y elecciones tomas, como te relacionas con los demás. En definitiva, ¡marca como vives y vivirás en el futuro!
Nuestras ‘gafas’ vienen de nuestro Guión de vida
Como si de una película se tratase, si nos paramos a observarnos, podremos encontrar nuestro guión de vida principal. Sin tener conciencia de ello, desde pequeños aprendimos en nuestra familia a ‘jugar’ un papel. Para adaptarnos a nuestro entorno, es posible que aprendimos a ser el fuerte, el gracioso, el obediente, el rebelde, la víctima, la oveja negra o tal vez el consentido de la casa… Este rol, este guión de vida, nos ayudó a sobrevivir en nuestra familia y en el entorno más cercano. Por ejemplo, ser el niño bueno y obediente puede que te ayudara a ser valorado por tus padres, a evitar situaciones conflictivas y a tener un lugar en tu familia (seguramente otro hermano se encargara de ser el rebelde, por ejemplo). Sin embargo, hoy en día seguimos repitiendo una y otra vez este guión de vida y sin darnos cuenta, estamos condicionando nuestra realidad. Vivimos encorsetados a una forma concreta de vivir la vida, de actuar y lo peor, creemos que esta es la única manera y la confundimos con la realidad: “Yo soy así”, “La vida / la gente/ la sociedad es así”.
Si quieres descubrir cuál es tu guión de vida, una manera sencilla es que escribas en un papel tu cuento preferido de la infancia. Y luego, ves leyéndolo de vez en cuando y muéstraselo a personas cercanas también para que te den su impresión del cuento y qué dice de ti y de tu manera de estar en la vida.
¡Cuestiona tus percepciones, obsérvate y responsabilízate!
Solemos dar por hecho que la manera que tenemos de percibir la realidad es objetiva; sin embargo, como acabamos de ver, no lo es. Así que el camino que planteo es que dediques un espacio y energía en tu vida a observarte con curiosidad, con deseo de conocer tus reacciones y cómo te afectan los hechos. ¿Cómo son tus reacciones ‘espontaneas’ ante lo que te ocurre? Cuando sientas que algo te duele o te afecta, párate ahí, déjate sentir y observa tus pensamientos. ¿Cómo te percibes a ti mismo? ¿Y al otro? ¿Qué es lo crees que ha ocurrido?
De esta manera, comenzarás a responsabilizarte de tu vida. Dejaras de creerte tu guión de vida y los cuentos que te has contado al vivir desde este guión. La idea es que puedas tener una vida más completa, al no mirar siempre con las mismas gafas. Delante de ti se te irá apareciendo un mundo nuevo, tu pasado, tus relaciones aparecerán ante ti de otra manera, con otros colores y matices. Al ver tu personaje y tus filtros, podrás dejar de identificarte con ellos y eso te dará libertad. Eso sí, en el camino encontrarás muchos obstáculos, no será en línea recta, no será fácil. Mirar de frente tu realidad, reconociendo tus máscaras, soltando las defensas, puede que no te guste, que te genere desagrado y desasosiego. Pero una vez que lo atravieses, te irás sintiendo más ligero, con más fuerza interior, más auténtico…